domingo, 14 de septiembre de 2014

Que día perfecto,
me alegra haberlo pasado con vos
y el té estaba menos dulce de lo normal
pero igual fui al cine esta tarde 

y no me importa que el malo se lleve la plata
mientras tus ojos sigan perforándome
mientras llueva champagne en la habitación
y odies mi canción

Que día perfecto, 
me alegra haberlo pasado con vos
vos me haces seguir adelante
hasta que no pueda nunca más mirar atrás

nos sentamos en el banco más triste
y miramos el día caer
alguien fue asesinado hoy
y alguien se recostó en las vías del tren

pero ahora no me importa nada más,
mientras te rías ellos pueden ahogar a su gusto la verdad
destruir, violar y matar

porque este es un día perfecto
y me alegra haberlo pasado con vos
y llegar a casa antes de las diez

Pero fue solo un sueño de un día perfecto,
y vos me haces creer que todavía estoy bien
y que entiendo a la persona dentro de mí
y me hundís cada vez  más
hasta que el aire se me termina de escapar


Y fue solo un día perfecto,
me alegra haberlo pasado con vos.

miércoles, 23 de abril de 2014

Dos meses corren.
Cuando distas de toda cotidianeidad y ansias encontrar novedad, ruptura con lo común. Fuimos más allá de la imaginación del otro, formamos nuestros criterios de perfección descubriendo cada rincón de cada uno, rompiendo cualquier verdad conocida para nosotros.

Tres meses se van.
Ya no vale tanto quedarnos desenterrándonos por horas, lo nuevo ya se hizo un poco gris y conocido. Pero siempre hay algo que me dice que todavía te tenga conmigo.

Cuatro meses vuelan.
Ya sos mi rutina. Mala suerte. Te conozco y ya no asombramos como antes. Sigue estando esa voz. Haces mi normalidad un poco más linda, me cuesta menos respirar durante los llantos que no faltan.

Cinco meses se arrastran hacia algún lado.
Somos tan iguales como todo lo que vivimos. Tiramos y tiramos. Seguimos sacándonos capas el uno al otro pero nada lindo sigue sin aparecer; yo te avisé cuando vos pensabas en otra cosa y cada vez que no me ves cuando me miras me transparento un poco más.

Seis meses huyen buscando algo mejor.
Tu voz ya casi no habla por si misma y me cuesta mucho tratar de ver a través de ella. Me pesan los ojos, el cuerpo, y respirar es tedioso. Me busco, no te encuentro. Ahora entiendo los cristales rotos pero nunca como pasó.


Siete meses y mandarina.

lunes, 17 de febrero de 2014

Lunes 12:34 a.m.

  Nunca tuve tantas ganas de volver a casa. Cada parte del cuerpo me tiembla. Sin exagerar. Todo parece una escena de persecución de una de esas películas que nunca se ven completas, donde alguno de los bandos se salvan por poco. Aunque nadie realmente nos esté siguiendo. Adrenalina. Nada como tu casa  mientras el colectivo pasa por Santa Fe, sin un alma y casi tan oscuro que no podes diferenciar la noche de la ciudad